LA DOCTRINA SECRETA DE ANAHUAC
miércoles, 19 de febrero de 2014
PREFACIO
PREFACIO
La Sabiduría Gnóstica
adquiere con este nuevo MENSAJE DE NAVIDAD (1974) del V. M. SAMAEL AUN WEOR,
“LA DOCTRINA SECRETA DE LOS ANAHUAC” una verdadera joya del ocultismo que posee
relatos inapreciables en el campo de la Investigación Científica y de consultas
internas y externas probadas con documentos, efigies, figuras y tradiciones que
se han conocido a través de las distintas culturas que ha tenido la humanidad.
CAPITULO I: Estudia las siete
cuevas celestes, nos habla sobre el poderoso MONTEZUMA, quien envanecido por la
gloria y el poder quiso entrar en contacto con sus divinos Predecesores.
Como vemos, desde
remotísimas edades se habla sobre el PARAÍSO TERRENAL, de las distintas
religiones, similar al nuestro conocido por medio de la Biblia y muchos otros
libros sagrados. Se cuenta allí que ese poderoso Rey reunió a todos los
ancianos y magos de su época para enterarse acerca de ese PARAÍSO; como formó
una expedición los dotó de todas las comodidades y los envió en la búsqueda del
PARAÍSO PERDIDO; luego como los Magos invocaron al DIVINO DAIMÓN, cuyo nombre y
potestad hemos conocido a través de la Sabiduría Gnóstica, (ver Mensaje de
Navidad "Si hay Diablo, Si hay Infierno, Si hay Karma", Magistral
obra del V.M. Samael Aun Weor) y al invocarle éste los convirtió en animales de
distintas clases que viajaron en la Cuarta Dimensión y encontraron la TIERRA
PROMETIDA. Antes de entrar a ese PARAÍSO quedaron nuevamente convertidos en
hombres.
Ellos hablaron sobre el
Poderoso Montezuma, su Rey, pero ninguno de sus antepasados sabía de qué se
trataba. Aclaradas las tradiciones, allí se les dijo que las bebidas, comidas,
pasiones, etc., los mantenían alejados de ese PARAÍSO; allí encontró esa
comisión de Sabios, a seres desgreñados, sucios, descuidados y, le manifestaron
a los visitantes que el lujo, las riquezas y los alimentos era lo que los
mantenía entorpecidos.
CAPITULO II: Nos habla ampliamente
sobre el DIVINO DAIMÓN el Lucifer Bíblico, el Ángel Caído del cielo, el cual
llevamos dentro.
El Divino Daimón, fue
habitante del Edén, éste es distinto al Querubín del Edén que forman los CASTOS
durante el MAITHUNA, es el mismo Solochoel, Prometeo, el cual tiene potestad
sobre el cielo y la tierra sobre el cual dice Dante lo siguiente: "MÁS
NOBLE QUE CRIATURA ALGUNA Y LA SUMA DE TODAS LAS CRIATURAS".
Cuando el Proceso
Iniciático lo vencemos, de hecho nos convertimos en sus hijos predilectos, sólo
la ALQUIMIA nos conduce a este estado de héroes, de seres victoriosos.
CAPITULO III: Nos describe aspectos
interesantísimos sobre las levitaciones Místicas. Ya hemos estudiado que la
Levitación o salidas en Astral se suceden en la cuarta dimensión.
En este Mensaje de
Navidad, vemos que sólo mediante el corazón tranquilo y la paz interna
alcanzamos la levitación. Para ello se requiere sacrificio del intelecto,
porque la mente teórica y especulativa se extiende y se desenvuelve mediante
las sutiles energías del corazón.
Todo ello vampirisa los
poderes vitales del corazón.
Dice el Maestro, que en
el caso de los Mensajeros de Anahuac, Lucifer forzado por los conjuros, los
transformó en aves, fieras y leones a la comisión enviada al Paraíso Perdido.
Estos hechos nos están indicando claramente el por que caminó Jesús sobre las
agua del mar de Galilea.
CAPITULO IV: Informes de vital
importancia sobre el Dr. Fausto, Lucifer, Xolotl el doble de Quetzalcoatl, es
el guardián de la puerta y de las llaves del Lumisial, para que sólo entren en
él los ungidos que poseen el sagrado secreto de HERMES.
Vemos como el doctor
Fausto se hizo presente desde la ciudad de Praga en otra ciudad europea ante el
inmenso asombro de los amigos que le invocaban desde una Fiesta.
Todo esto es posible
mediante los poderes Luciféricos, trabajando en la cuarta dimensión.
CAPITULO V: Allí nos habla
extensivamente sobre los procedimientos Jinas, (la entrada a la cuarta
dimensión en nuestro cuerpo físico), en él nos manifiesta que con la mente
embotellada la Física ni los físicos podrían progresar por el DOGMA
TRIDIMENSIONAL de Euclides.
La física actual es
regresiva y reaccionaria. Se necesita que exista espíritu investigativo para alcanzar
a percibir y manejar sabiamente el Ocultismo y la Física. Todo estudio
científico. Filosófico, etc., necesita el estudio externo e interno. Por ello
el Gnosticismo da claves para conocer nuestro vehículo físico en todos sus
planos, externo o interno. Lo que existe en el micro, existe en el Macro, esto
es un axioma.
En este capítulo
encontrarán enseñanzas sobre la cuarta y quinta dimensión y del obstáculo del
escepticismo materialista para conocerla, sostiene que en el futuro nuestros
descendientes gozarán de este gran privilegio, es decir, cuando rompan estas
duras tradiciones de mentalidad conservadora. Podrán movilizarse a la velocidad
de la luz. Esto se sucederá cuando se use la nueva física de tipo
tetradimensional. Tras la barrera de la velocidad de la luz se encuentra la
cuarta dimensión (300.000 Km, x segundo). Allí vemos como LA PACIENCIA es la
escala del Gnóstico y la humildad es la puerta de su jardín y el corazón es el
órgano de la Ciencia Jinas, esto cuando desarrollamos por medio de la meditación
y el éxtasis el Chacra del corazón.
Felipe el Apóstol es el
Santo Patrón de los estados Jinas, Meditad en Felipe para entrar en los estados
de Jinas.
ISABEL (IS-ABEL), monja
descalza que se encuentra en la cuarta vertical Jinas le dio al V.M. Samael Aun
Weor maravillosos secreto que divulga en este Mensaje.
CAPITULO VI: Aztlan avallón, monte
magnético, misterios morada de los hijos del crepúsculos, donde moran los Budas
de compasión, tierra del amanecer, mansión imperecedera, celeste paraíso en el
polo norte.
Esta isla blanca se
encuentra en la cuarta coordenada, y nos dice que sólo volando en el espíritu
se puede llegar allí: que se encuentra defendida por monstruos milenarios y
vigilados por los Dioses. Nos enseña el nombre de la matriz del mundo
JA-CAD-YONI; también nos informa sobre la primera raza que existió en nuestro
planeta tierra; de la segunda raza denominada la Hiperbórea; de la tercera raza
de Gigantes, Hermafroditas colosales e imponentes; de la cuarta raza del
continente Lemur o Lemuria y cuya raza se denominó Atlante (por encontrarse
sobre el continente Atlante).
En el Continente
Atlante vivió la cuarta raza, situado en el Océano Atlántico y que Atlas
(astrólogo antiguo), fue su Rey, de allí provinieron los titanes que construyeron
la Torre de Babel de que nos habla la Biblia.
También nos da informes
sobre la quinta raza Aria, que ya tiene más de once millones de años de
existencia, es decir, la raza que actualmente vivimos.
CAPITULO VII: Posee gran
información sobre la Atlántida, Continente que ha servido de inspiración a
poetas, escritores, etc. Recordemos al famoso historiador Plutarco, al Ilustre
Platón y a muchos autores que hablan sobre este interesante continente Atlante.
La Atlántida rodeada de
aguas misteriosas, más allá de las columnas infranqueables para los navegantes
y afirma que los sabios sólo llegan a convertirse en GRANDES cuando son POETAS;
cuando se abstraen del detalle y llegan a sentir los latidos que hay en el
fondo de todo lo existente lo cual permite arrebatarnos a esferas superiores.
En esta raza se efectuó el DILUVIO UNIVERSAL BÍBLICO.
CAPITULO VIII: En este capítulo hay
grandes enseñanzas sobre la sabiduría DEL DRAGÓN o LUCIFER, la serpiente como
emblema de la SABIDURÍA.
Nosotros sabemos que la
Serpiente ígnea de los mágicos poderes se encuentra tres veces y media
enroscada en el coxis, en el hueso sacro y despierta mediante la Magia Sexual.
CAPITULO IX: Contiene amplia
información sobre la CRUZ DE SAN ANDRÉS, Andrés el Eremita, quien servía a Juan
como pescador.
Nos rebela el misterio
de la letra X como uno de los signos de la cruz en forma de X sublime.
Monograma del Cristo Nuestro Señor, se entiende perfectamente el por qué de
esta milagrosa cruz de Andrés y la llave de San Pedro son dos réplicas
maravillosas de gran valor Alkimista y Kabalista. Es pues la marca capaz de
asegurar la victoria a los trabajadores de la Gran Orden.
La cruz simboliza unión
sexual, rito del Lingan-Yoni (Phalo-útero) la X se procesa en la espina dorsal
con el ascenso de Kundalini, (imaginemos el signo X con una raya perpendicular
que la atraviesa por el punto céntrico) nos representa en cada vértebra de la
espina dorsal el ascenso de la Energía Creadora, subiendo cañón por cañón.
Este signo lo usaban
los Cristianos y aún lo usa la Iglesia Católica en manteles, en las vestiduras
del Oficiante en la casulla y manipulo.
Entre las múltiples
simbologías de la Iglesia, observamos que en la palabra HOSTIA se encierran
cuatro poderosos mantrams de la Magia Sexual, los cuales son: I A O; y
la consonante H que representa el Espíritu Santo, la S el sonido
del fuego y la T es TAO, Alkimia sexual. También las tres
consonantes unidas en monograma dan la siguiente figura: H - S - T, signo
del Cristianismo.
La palabra SIGNOS es
GNOSIS invertida.
El Caduceo de Mercurio
en la Medicina es reminiscencia del poder curativo de la Serpiente Sagrada. La
palabra DIAGNOSTICO, corresponde a DIA-GNÓSTICO, es decir cuando los sacerdotes
curaban en los templos, de allí por qué el sacerdote se llamaba cura, porque
tenía el poder de curar y sanar a los enfermos en los templos.
El V. M. Samael es
determinante cuando nos dice que la muerte del EGO es INDISPENSABLE para llegar
al poder, que la Lanza sexual esgrimida por el Sansón de la Kábala, por el
Al-Kimista Sagrado nos da el poder de destruir a nuestros indeseables (yoes),
que nos atan a la materia. El pecado original es la raíz del EGO.
CAPITULO X: Contiene gran
información sobre la Antropología Gnóstica.
El gnóstico auténtico
quiere un CAMBIO DEFINITIVO porque siente intensamente los secretos impulsos
del Ser. El que no busca CAMBIOS no puede ser Gnóstico. La Gnosis es un
funcionamiento muy material de la conciencia, una filosofía perenne y Universal,
es el conocimiento iluminado de los Misterios Divinos reservados a una élite.
La palabra Gnosis
encierra dentro de su estructura los SIGNOS de la Sabiduría, símbolos y signos
que se enseñan a través del conocimiento GNÓSTICO.
El Gnosticismo es un
conocimiento religioso muy íntimo natural y profundo. Es esoterismo auténtico
de fondo, desenvolviéndose de instante en instante con vivencias místicas muy
particulares, con Doctrina y Ritos propios. El conocimiento Gnóstico escapa
siempre a los normales análisis del racionalismo subjetivo y al juicio de los
defectuosos sentidos. Nos toca destruir en YO, el MI MISMO, después de esta
destrucción aprendemos a conocernos, adviene la legítima REVELACIÓN, el
conocimiento Superior o Divino.
Sólo el Ser puede
conocerse a sí mismo. El SER se auto conoce en la Gnosis. El Autoconocimiento
del SER es un movimiento Supra-racional que depende de él mismo y nada tiene
que ver con el intelectualismo.
El abismo existente
entre el Ser y el Yo, es infranqueable. Conocerse a sí mismo es haber logrado
la identificación de su propio SER DIVINAL. Cuando morimos en sí mismos el SER
se manifiesta en nosotros,
Dios es unidad múltiple
perfecta. Ligan representa el sexo masculino y el Yoni al eterno femenino, el
Cáliz Divino donde se manifiesta la Vida.
La Deidad incognoscible
es el espacio abstracto absoluto, la raíz sin raíz de todo cuanto fue, es y
será o ha de ser.
El EGO quiere
distinguirse y origina siempre el desorden y la caída de cualquier rebelión
Angélica. Sin el auxilio de lo Divinal el ser humano es incapaz de levantarse
del lodo de la tierra.
CAPITULO XI: Nos habla el Maestro
de Tenochtitlán, descorre los Misterios Mexicanos con estudios de fondo y
basamentos de leyendas estampadas en los anales Akhásicos de la Naturaleza,
alegoriza en forma inteligente la vida Mexicana.
Encontrándome en
compañía de mi esposa en la ciudad de México, en unión del V. M. Samael y su
familia, me manifestó que estaba haciendo un estudio de fondo sobre las
tradiciones de los antepasados mexicanos.
El Maestro en su última
encarnación fue compañero de Pancho Villa; me narró historias interesantísimas
de las cuales describo a los lectores una de tantas:
Nos contaba que
habiendo puesto en estado de sitio a una interesante ciudad, en aquellos días
causaba muchísimos muertos en el campo de los sitiados, se presentó con
banderas blancas ante Pancho Villa el Obispo de la localidad para parlamentar
con él, acompañado de algunos funcionarios; el objetivo era lograr convencer a
Pancho Villa para que retirara el ejército y el cerco que mantenía sobre la
ciudad. Le hizo ver que tuviera en cuenta que nada se movía en este mundo sin
la voluntad de Dios a lo que Pancho Villa respondió: " Yo también estoy de
acuerdo con lo que usted dice y mostrándoles un puñado de balas de fusil le
dijo: Nosotros todo lo que hacemos es soltar estas "balitas" y es mi
Dios quien las reparte, de tal manera que sólo Él sabe a quien han de
llegar".
El Maestro recuerda con
facilidad no sólo sus vidas anteriores, sino que estudia en los anales
Akhásicos de la Naturaleza donde se registra lo que ha sucedido y lo que va a
suceder.
CAPITULO XII: En este capítulo nos
habla sobre el cataclismo final. Inicialmente nos habla sobre TONTIUH, de la
Sabiduría Azteca el cual representaba para ellos el LOGOS CREADOR DEL UNIVERSO,
representando con una lengua triangular de fuego. Para nosotros corresponde el
niño de Oro en la Alkimia, el Sol espiritual de la media noche, el Verbo. Nos
explica sabiamente sobre los Atlantes (de la cuarta raza) sobre su situación en
el Océano Atlántico.
Nos extasiamos leyendo
informaciones históricas y vaticinios interesantes, tales como los de Miguel de
Nostradamus, formidable vidente y Astrólogo (1503 ó 1566). En Francia predijo
que en el año de 1999 en el mes de julio vendrá del cielo un Gran Rey de terror
que en ese mismo año habrá un eclipse total de Sol, aparecerá otro Sol o
planeta rojo. Después vendrá el más terrorífico verano que jamás se haya visto
en nuestro planeta (para octubre) y se creerá que la tierra ha quedado fuera de
órbita en las tinieblas eternas, habrá pánico y terror.
En el mismo capítulo
nos habla que San Pablo habló sobre el estado actual de la humanidad, lo mismo
que Isaías, el profeta, también tratado por San Pedro, José, Juan el
Evangelista y Juan de Patmos (el del Apocalipsis), Melkicek quien predijo en el
Tibet estos mismos acontecimientos apocalípticos. Varios clarividentes han
hecho predicciones para esa época.
Cuando la Biblia habla
de que los hermanos estaremos durmiendo, se refiere a que vivimos dormidos, que
nos hemos despertado nuestra conciencia.
Mahoma también predice
en el Corán estos acontecimientos los cuales puede observar el ocultista
investigativo.
Helena Petronila
Blavasky dice que París, Roma, Londres, Nueva York, Moscú, etc. serán
destruidos. Manifiesta que ya estamos en los tiempos del fin y que el No. 250
encierra la Gran Catástrofe.
CAPITULO XIII: Describe en forma
esplendorosa sobre PARAÍSOS e INFIERNOS.
MIXCOATL: Limpio de
corazón, épica Náhuatl. Habla sobre la lucha entre Miguel contra el Dragón
Rojo; San Jorge contra el Dragón Negro. Lucha Apolo y Pipton. Osiris y Tiphón
de Bel y el Dragón, etc.
Pelear contra el Dragón
significa vencer a las tentaciones y eliminar los elementos inhumanos, tales
como: Ira, Codicia, Lujuria, Envidia, Orgullo, Pereza, Gula, etc.
Nos relata como entre
los Vedas Arjuna tiembla y se estremece en
pleno campo de batalla al comprender que debe matar a sus propios
parientes, sus yoes o defectos personales. El YO es el que nos hace retornar a
este valle de lágrimas. Cuando eliminamos nuestros defectos adviene la
inocencia; los poderes y la iluminación. En la lucha contra nosotros mismos
abundan los cobardes.
CAPITULO XIV: Este capítulo está
dedicado a los Elementales de la Naturaleza.
Sólo cuando aprendemos
a invocar a los Dioses de la Naturaleza aprendemos a trabajar con los
elementales.
Los Gnomos y Pigmeos de
la Naturaleza tiemblan ante Coatlicue. Nosotros invocamos a Gob, para ordenar y
mandar a los Gnomos de la tierra.
Los Vórtices que
tenemos en la planta de los pies obedecen al poder de Gob. Estos se mandan con
la espada, con la vara.
Aquí nos habla sobre
Tláloc el cual vive en el mundo causal, es una criatura perfecta. Nos describe
a este interesante personaje como al Dios del Agua.
En mayo del año
anterior (1973), cuando estuve en México, fui llevado por el Maestro Samael al
Museo de Antropología, extensos parques donde se encuentran figuras milenarias,
fui llevado para conocer la gigantesca estatua que lo representa.
Se trata de una pieza
tallada en piedra como de unas veinte toneladas. La estatua se encuentra
colocada en una especie de estanque lleno de agua.
El Maestro me informó
que cuando trajeron esa piedra a la ciudad de México, duró su traslado varias
semanas por haberse presentado obstáculos de toda clase y entró en la ciudad en
medio de un torrencial aguacero y duró lloviendo varios días con sus noches
respectivas. En este capítulo da los nombres de los genios sagrados superiores
que viven en los paraísos elementales de la naturaleza. También sobre el MUNDO
CAUSAL que es la esfera de los Maestros. Nos habla sobre el Dios Murciélago,
Maestro de los Misterios de la Vida y de la Muerte y, nos da varios exorcismos
para manejar los elementales de la naturaleza.
CAPITULO XV: Nos enseña sobre el
Binario Serpentino; Esculapio Dios de la Medicina, nos dice como Kunda quiere
decir Órgano Kundartiguador.
La Sabiduría de la
Serpiente se encuentra en muchas religiones antiguas.
CAPITULO XVI: Titulado "SOBRE
LOS SUEÑOS", nos informa que estos se hallan relacionados con los Templos
Internos de Misterios. Se pueden recibir mensajes de seres superiores, donde se
nos informa sobre acontecimientos que se plasmarán en el mundo físico.
CAPITULO XVII: En este capítulo nos
da amplias informaciones sobre la disciplina Yoga del sueño.
La comida que hacemos en la tarde debe ser ligera. Cuando la mente
está quieta es favorable para la disciplina del sueño.
Nos enseña cómo la
cabecera de nuestra cama debe estar hacia el norte, que el colchón no sea duro
ni blando, que debemos tener debajo de la almohada un cuaderno de apuntes con
su lápiz respectivo.
Después de apagar la
luz acostarse boca arriba, concentrándose en Morfeo, Dios del Sueno, él se
alegra de la oportunidad que le brindamos.
No debemos movernos al
levantarnos para que no se escapen los recuerdos, así podremos apuntar los detalles del sueño. Si
sólo nos acordamos de fragmentos del sueño, debemos apuntarlos, pues ellos
sirven para el recuerdo total en cualquier otro momento.
CAPITULO XVIII: Dedicado al SUEÑO
TÁNTRICO, el ascenso de la Energía Sexual mejora la capacidad de nuestra
memoria (transmutación). Hay que aprender a rogar a la Doncella de los
Recuerdos con el recuerdo diario de lo que hacemos y realizamos. En vigilia nos
estamos preparando para el despertar de la conciencia. Debemos vivir en estado
de alerta, percepción, etc. Tener sumo interés por lo que hacemos o vemos, todo
ello servirá a nuestra memoria.
Idea es una cosa, e
imaginación es otra. Esta viene de imagen y la otra depende del proceso que
resulta de las percepciones de los sentidos.
CAPITULO XIX: Este capítulo
contiene prácticas relacionadas con el retorno. Allí se nos informa que
QUETZALCOATL es el Cristo Azteca, que los Dioses Santos de Anahuac son hombres
perfectos en el sentido más completo de la palabra. Criaturas absolutamente
despiertas. Al hablar nuevamente sobre Tláloc nos informa que pertenece a las
antiquísimas cultura Olmeca, informa sobre los Dioses Santos Aztecas, Mayas,
Zapotecas, Toltecas, etc.
Cuando despertamos
internamente podemos estudiar en la Luz Astral la Doctrina Secreta de ANAHUAC.
CAPITULO XX-. Posee enseñanzas sobre
las cuatro bienaventuranzas, la forma de revivir un sueño y continuarlo a
voluntad, habla sobre la disciplina del sueño Tántrico, lo cual prepara al
discípulo para conocer claramente las cuatro bienaventuranzas que se presentan
en la experiencia onírica. Paciencia y Esfuerzo Intimo.
Culmina esta magistral
obra, hablándonos sobre el Ángel de la Guarda. En el capítulo XXI: nos enseña
sobre la Iniciación de la Cultura Pre-mexicana y la actual.
El hecho de hacernos
conocer aspectos variados de una misma Divinidad, esto puede desorientar a los
lectores ocasionales, pero no al estudiantado Gnóstico.
La Gnosis es una
ciencia y los textos de enseñanza se requiere de la Iniciación para
entenderlos. Él menciona nombres de la Divina Madre Kundalini, los que ha
tenido en las distintas culturas, nos habla sobre el Ángel de la Guarda para
estudiar nuestro cuerpo físico.
El error de muchos
SEUDOS ESOTERISTAS y SEUDO OCULTISTAS, es que sólo se quieren a sí mismos y
desean la evolución de la miseria que cargan dentro.
La idea que cada uno de
nosotros tenga sobre el Ser. Jamás es el SER.
El concepto intelectivo
que sobre el Ser hallamos elaborado, no es el Ser la opinión sobre el Ser no es
el Ser... El Ser es el Ser y la razón de ser es el mismo Ser.
En todos estos
capítulos vemos que el temor a la muerte es obstáculo inconveniente para el
logro del cambio radical, es indispensable destruir lo falso, para que surja en
verdad una creación nueva.
En el proceso
Iniciático no se puede promover la evolución de lo falso, allí se requiere la
aniquilación absoluta de lo falso, la Gnosis es una Sabiduría que enseña
Ciencia al Científico, Arte al artista. Filosofía al Filósofo, Religión al
Religioso, Orienta al desorientado.
Nos permite conocer y
manejar el vehículo en que andamos, nos sitúa ante la realidad de la existencia
y nos conduce de escala en escala en forma espiral o directa a la Redención
total.
CAPITULO I LAS SIETE CUEVAS CELESTES
CAPITULO I
LAS SIETE CUEVAS
CELESTES
Para bien de la Gran Causa no está de más empezar este
tratado, transcribiendo algo maravilloso.
Quiero referirme en forma enfática a cierto relato
consignado por Fray Diego Durán en su notabilísima obra titulada:
"HISTORIA DE MÉXICO" (Véase el Texto de don Mario Roso de Luna:
"EL LIBRO QUE MATA A LA MUERTE". Páginas de la 126 a la 134).
Como quiera que no me gusta adornarme con plumas
ajenas, pondremos cada párrafo entre comillas:
“Cuenta dicha Historia de las Indias de Nueva España e
Islas de Tierra Firme, de Fray Diego Durán - hermoso libro escrito a raíz de la
colonización española de tan vasto Imperio- que viéndose el emperador Montezuma
en la plenitud de sus riquezas y gloria, se creyó poco menos que un Dios. Los
magos o sacerdotes del reino, mucho más sabios que él y más ricos, puesto que
dominaban todos sus deseos inferiores, hubieron de decirle”: "¡Oh, nuestro
rey y señor! No te envanezcas por nada de cuanto obedece a tus órdenes. Tus
antepasados, los emperadores que tú crees muertos, te superan allá en su mundo
tanto como la luz del Sol supera a la de cualquier luciérnaga..."
“Entonces el emperador Montezuma, con más curiosidad
aún que orgullo, determinó enviar una lucida embajada cargada de presentes a la
Tierra de sus mayores, o sea, a la bendita Mansión del Amanecer, más allá de
las siete cuevas de Pacaritambo, de donde era fama que procedía el pueblo
azteca y de las que tan laudatoria mención hacen sus viejas tradiciones. La
dificultad, empero, estaba en lograr los medios y el verdadero camino para
llegar felizmente a tan oscura y misteriosa región, camino que en verdad no
parecía conocer ya nadie”.
"Entonces, el Emperador hizo comparecer a su
ministro Tlacaelel ante su presencia, diciéndole”:
"-Haz de saber, ¡Oh Tlacaelel!, que he
determinado juntar una hueste compuesta por mis más heroicos caudillos, y
enviarlos muy bien aderezados y apercibidos con gran parte de las riquezas que
el Gran Huitzilopochtli se ha servido depararnos para su gloria, y hacer que
las vayan a poner reverentemente a sus augustos pies. Como también tenemos
fidedignas noticias de que la madre misma de nuestro Dios aún vive, podría
serle grato también el saber de estas nuestras grandezas y esplendores ganados
por sus descendientes con sus brazos y con sus cabezas."
“Tlacaelel respondió”:
“-Poderoso Señor, al hablar como has hablado, no se ha
movido, no, tu real pecho por mundanos negocios, ni por propias determinaciones
de tu tan augusto corazón, sino porque alguna deidad excelsa así te mueve a
emprender aventura tan inaudita como la que pretendes. Pero no debes ignorar,
Señor, que lo que con tanta decisión has determinado no es cosa de mera fuerza,
ni de destreza o valentía, ni de aparato alguno de guerra, ni de astuta
política, sino cosas de brujas y de encantadores, capaces de descubrirnos
previamente con sus artes el camino que conducirnos pueda a semejantes
lugares. Porque has de saber, ¡Oh
poderoso Príncipe!, que según cuentan nuestras viejas historias, semejante
camino está cortado desde luengos años ha, y su parte de este lado ciega ya con
grandes jarales y breñales poblados de monstruos invencibles, médanos y lagunas
sin fondo y espesísimos carrizales y cañaverales donde perderá la vida
cualquiera que semejante empresa intente temerario. Busca, pues, Señor, como
remedio único contra tamaños imposibles a esa gente sabia que te digo, que
ellos, por sus artes mágicas, podrán quizás salvar todos esos imposibles
humanos e ir hasta allá trayéndote luego las nuevas que nos son precisas acerca
de semejante región, región de la que se dice por muy cierto que cuando
nuestros abuelos y padres la habitaron antes de venir en larga peregrinación
hasta las lagunas de México, en las que vieron el prodigio del tunal o zarza
ardiendo, era una prodigiosísima y amena Mansión donde disfrutaban de la paz y
del descanso, donde todo era feliz más que en el más hermoso de los ensueños, y
donde vivían siglos y siglos sin tornarse viejos ni saber lo que eran enfermedades,
fatigas ni dolores, ni tener, en fin, ninguna de esas esclavizadoras
necesidades físicas que aquí padecemos, pero después que de tal Paraíso
salieron nuestros mayores para venir aquí, todo se les volvió espinas y
abrojos; las hierbas les pinchaban, las piedras les herían y los árboles del
camino se les tornaron duros, espinosos e infecundos, conjurándose todo contra
ellos para que no pudieran retornar allá y así cumpliesen su misión en este
nuestro mundo."
“Montezuma, oyendo el buen consejo del sabio
Tlacaelel, se acordó del historiador real Cuauhcoatl literalmente, el 'Dragón
de la Sabiduría', constante nombre de los Adeptos de la 'mano derecha' o magos
blancos-, venerable Viejo que nadie sabia contar sus años, e inmediatamente se
hizo llevar hasta su retiro en la montaña, diciéndole, después de haberle
saludado reverentemente”:
-Padre mío, Anciano nobilísimo y gloria de tu pueblo,
mucho quiero saber de ti, si te dignas decírmelo, qué memoria guardas tú en tu
ancianidad santa acerca de la historia de las Siete Cuevas celestes donde
habitan nuestros venerables antepasados, y qué lugar es aquel santo lugar donde
mora nuestro Dios Huitzilopochtli, y del cual vinieron hasta aquí nuestros
padres"
"-Poderoso Montezuma -respondió solemnemente el
anciano lo que éste, tu servidor, sabe respecto de tu pregunta, es que nuestros
mayores, en efecto, moraron en aquel feliz e indescriptible lugar que llamaron
Aztlan, sinónimo de pureza o blancura. Allí se conserva todavía un gran cerro
en medio del agua al que llaman CULHUA-CAN, que quiere decir “cerro tortuoso o
de las serpientes”. En dicho cerro es donde están las cuevas y donde, antes de
aquí venir, habitaron nuestros mayores dilatados años. Allí, bajo los nombres
de MEDJINAS y AZTECAS, tuvieron grandísimo descanso. Allí disfrutaban de gran
cantidad de patos de todo género, garzas, cuervos marinos, gallaretas, gallinas
de agua y muchas y diferentes clases de hermosos pescados, gran frescura de
arboledas cuajadas de frutos y adornadas de pajarillos de cabezas coloradas y
amarillas, fuentes cercadas de sauces, sabinas y enormes alisos. Andaban
aquellas gentes en canoas y hacían camellones en los que sembraban maíz, chile,
tomates, nahutlis, frijoles y demás géneros de semillas de las que aquí
comemos, y que ellos trajeron de allí, perdiéndose otras muchas. Mas, después
que salieron de allí a esta tierra firme y perdieron de vista a tan deleitoso
lugar, todo, todo, se volvió contra ellos. Las hierbas les mordían, las piedras
les cortaban, los campos estaban llenos de abrojos y hallaron grandes jarales y
espinos que no podían pasar, ni asentarse y descansar en ellos. Todo lo
hallaron, además, cuajado de víboras, culebras y demás bichos ponzoñosos, de
tigres y leones y otros animales feroces que les disputaban el suelo y les
hacían imposible la vida. Eso es cuanto dejaron dicho nuestros antepasados y
esto es lo que puedo decirte con cargo a nuestras historias, ¡Oh, poderoso
Señor!"
“El Rey respondióle al Anciano que tal era la verdad,
por cuanto Tlacaelel daba aquella misma relación. Así, pues, mandó al punto que
fuesen por todas las provincias del Imperio a buscar y llamar a cuantos
encantadores y hechiceros pudiesen hallar. Fueron, pues, traídos ante Montezuma
hasta cantidad de sesenta hombres, toda gente anciana, conocedora del arte
mágico, y una vez reunidos los sesenta, el Emperador les dijo”:
"-Padres y ancianos, yo he determinado conocer
hacia dónde está el lugar del que salieron los mexicanos de antaño, y saber
puntualmente qué tierra es aquélla, quién la habita y si es viva aún la madre
de nuestro Dios Huitzilopochtli. Por tanto, apercibios para ir hasta allá con
la mejor forma que os sea dable y retornar brevemente acá."
"Mandó además sacar gran cantidad de mantas de
todo género, vestiduras lujosas, oro y muy valiosas joyas. Mucho cacao,
algodón, teonacaztli, rosas de vainillas negras y plumas de mucha hermosura, lo
más precioso, en fin, de su tesoro, y se lo entregó a aquellos hechiceros,
dándoles, también, a ellos su paga y mucha comida para el camino, para que con
el mayor cuidado cumpliesen con su cometido."
"Partieron, pues, los hechiceros, y llegados a un
cerro que se dice Coatepec, que está en Tula, hicieron sus invocaciones y
círculos mágicos embijándose con aquellos ungüentos que todavía se usan en tales
operaciones..."
"Una vez en aquel lugar, invocaron al Demonio -a
sus respectivos DAIMONES familiares, al LUCIFER particular de cada cual, querrá
decir- y le suplicaron que les mostrase el verdadero lugar donde sus
antepasados vivieron. El Demonio, forzado por aquellos conjuros, les
transformó, a unos en aves, a otros en bestias feroces, leones, tigres, adives
y gatos espantosos, y los llevó a ellos y a todo cuanto ellos conducían al
lugar habitado por los antepasados."
"Llegados así a una laguna grande, en medio de la
cual estaba el cerro de Culhuacán, y puestos ya en la orilla, volvieron a tomar
la forma de hombres que antes tenían, y cuenta la historia, que viendo ellos a
alguna gente que pescaba en la otra orilla, los llamaron. La gente de tierra
llegase en canoas, preguntándoles de dónde eran y a qué venían. Ellos entonces
respondieron”:
"-Nosotros, Señores, somos súbditos del gran
Emperador Montezuma, de México, y venimos mandados por éste para buscar el
lugar donde habitaron nuestros antepasados."
"Entonces los de tierra preguntaron a qué Dios
adoraban, y los viajeros contestaron”:
"-Adoramos al gran Huitzilopochtli, y tanto
Montezuma como su consejero Tlacaelel, nos ordenan buscar a la madre de
Huitzilopochtli, pues para ella y para toda su familia traemos ricos
presentes."
"El anciano les dijo”:
"-Que sean ellos bienvenidos y traédmelos
acá."
"Al punto volvieron con sus canoas, y metiendo a
los viajeros en ellas, los pasaron al cerro de Culhuacán, el cual cerro dicen
que es de una arena muy menuda, que los pies de los viajeros se hundían en ella
sin poder casi avanzar, llegando así a duras penas hasta la casita que el viejo
tenía al pie del cerro. Estos saludaron al anciano con grandísima reverencia y
le dijeron:
"-Venerable Maestro, henos aquí a tus siervos en
el lugar donde es obedecida tu palabra y reverenciado tu hábito
protector."
"El viejo, con gran amor, les replicó”:
"-Bienvenidos seáis hijos míos. ¿Quién es el que
os envió acá? ¿Quién es Montezuma y quién Tlacaelel Cuauhcoatl? Nunca aquí
fueron oídos tales nombres, pues los señores de esta tierra se llaman
Texacatetl, Acactli, Ahatl, Xocchimil, Auxeotl, Tenoch y Victon, y éstos son
siete varones, caudillos de gentes innumerables. A más de ellos, hay cuatro
maravillosos ayos, o tutores del gran Huitzilopochtli, dos de ellos que se
llaman Cuautloquetzqui y Axolona."
"Los viajeros asombrados dijeron”:
"-Señor, todos esos nombres nos suenan a nosotros
como seres muy antiguos, de los que apenas si nos queda memoria en nuestros
ritos sagrados, porque hace ya luengos años que todos ellos han sido olvidados
o muertos."
"El viejo, espantado de cuanto oía, exclamó”:
"-¡Oh Señor de todo lo creado! ¿Pues quién los
mató si aquí están vivos? Porque en este lugar no se muere nadie, sino que
viven siempre. ¿Quiénes son, pues, los que viven ahora?
"Los enviados respondieron confusos”:
"-No viven, Señor, sino sus bisnietos y
tataranietos, muy ancianos ya todos ellos. Uno de éstos es el gran Sacerdote de
Huitzilopochtli llamado Cuauhcoatl."
"El viejo, no menos sorprendido que ellos, clamó
con magna voz”:
"-¿Es posible que aún no haya vuelto ya aquí ese
hombre, cuando desde que de aquí salió para ir entre vosotros le está esperando
inconsolable, y día tras día, su santa madre?
"Con esto el viejo dio la orden de partida para
el Palacio Real del cerro. Los emisarios, cargados con los presentes que habían
traído, trataron de seguirle, pero les era imposible casi el dar un solo paso;
antes bien, se hundían más y más en la arena como si pisasen en un cenagal.
Como el buen anciano les viese en tal apuro y pesadumbre, viendo que no podían
caminar mientras que él lo hacía con tal presteza que casi parecía no tocar el
suelo, les preguntó amoroso:
"-¿Qué tenéis, ¡oh mexicanos!, que tan torpes y
pesados os hace? Para así estar, ¿qué coméis en vuestra tierra?"
"-Señor, -le respondieron los cuitados- allí
comemos cuantas viandas podemos de los animales que allí se crían y bebemos
pulque."
"A lo que el viejo respondió lleno de compasión”:
"-Esas comidas y bebidas, al par que vuestras
ardientes pasiones, son las que así os tienen, hijos, tan torpes y pesados.
Ellas son las que no os permiten llegar a ver el lugar donde viven nuestros
antepasados y os acarrean una muerte prematura, en fin. Sabed además que todas
esas riquezas que ahí traéis para nada nos sirven acá, donde sólo nos rodean la
pobreza y la llaneza."
"Y diciendo esto, el anciano cogió con gran poder
las cargas de todos y las subió por la pendiente del cerro como si fuesen una
pluma..."
El Capítulo XXVII de la citada Obra del Padre Durán,
-comentada por Don Mario Roso de Luna- aquí parafraseado, se extiende luego
-dice Don Mario- en un relato acerca del encuentro de los embajadores con la
madre de Huitzilopochtli, del que entresacamos lo siguiente:
"Una vez arriba les salió una mujer, ya de gran
edad, tan sucia y negra que parecía como cosa del infierno, y llorando
amargamente les dijo a los mexicanos:"
"-Bienvenidos seáis, hijos míos, porque habéis de
saber que después que se fue vuestro Dios y mi hijo Huitzilopochtli de este
lugar, estoy en llanto y tristeza esperando su vuelta, y desde aquél día no me
he lavado la cara, ni peinado, ni mudado de ropa, y este luto y tristeza me
durarán hasta que vuelva."
"Viendo los mensajeros una mujer tan
absolutamente descuidada, llenos de temor dijeron”:
"-El que acá nos envía es tu siervo, el Rey
Montezuma y su coadyutor Tlacaelel Cuauhcoatl, y sabe que él no es el primer
rey nuestro sino el quinto. Dichos cuatro reyes, sus antecesores, pasaron mucha
hambre y pobreza y fueron tributarios de otras provincias, pero ahora ya está
la ciudad próspera y libre, y se han abierto caminos por tierra y por mar, y es
cabeza de todas las demás, y se han descubierto minas de oro, plata y piedras
preciosas, de todo lo cual os traemos presentes."
"Ella les respondió ya aplacado su llanto”:
"-Yo os agradezco todas vuestras noticias, pero
os pregunto si viven los viejos ayos (sacerdotes) que llevó de aquí mi
hijo."
"-Muertos son, señora, y nosotros no los conocimos
ni queda de ellos otra cosa que su sombra y casi borrada memoria."
"Ella, entonces, tornando a su llanto,
preguntóles”:
"-¿Quién fue quien los mató, puesto que acá todos
sus compañeros son vivos? Y luego añadió: ¿Qué es esto que traéis de comer?
Ello os tiene entorpecidos y apegados a la tierra, y ello es la causa de que no
hayáis podido subir hasta acá."
"Y dándoles embajada para su hijo, terminó
diciéndoles a los visitantes”:
"-Noticiad a mi hijo que ya es cumplido el tiempo
de su peregrinación, puesto que ha apacentado a su gente y sujetado todo a su
servicio, y por el mismo orden gentes extrañas os lo han de quitar todo, y él
ha de volver a éste, nuestro regazo, una vez que ha cumplido allá abajo su
misión."
"Y dándoles una manta y un braguero símbolo de
castidad para su hijo, los despidió."
"Pero no bien comenzaron los emisarios a
descender por el cerro, volvió a llamarlos la anciana, diciéndoles”:
"-Esperad, que vais a ver cómo en esta tierra
nunca envejecen los hombres. ¿Veis a éste mi viejo ayo? Pues en cuanto
descienda adonde estáis, veréis que mozo llega."
"El viejo, en efecto, comenzó a descender, y
mientras más bajaba más mozo se iba volviendo, y no bien volvió a subir tornó a
ser tan viejo como antes, diciéndoles”:
"-Habéis de saber, hijos míos, que este cerro
tiene la virtud de tornarnos de la edad que queremos, según subamos por él o de
él bajemos. Vosotros no podéis comprender esto porque estáis embrutecidos y
estragados con las comidas y bebidas y con el lujo y riquezas."
"Y para que no se fuesen sin recompensa de lo que
habían traído, les hizo traer todo género de aves marinas que en aquella laguna
se crían, todo género de pescados, legumbres y rosas, mantas de henequén y
bragueros, una para Montezuma y otra para Tlacaelel."
"Los emisarios, embijándose como a la ida,
volviéronse los mismos fieros animales que antes para poder atravesar el país
intermedio, regresaron al cerro de Coatepec, y tornando allí a su figura
racional, caminaron hacia la Corte no sin advertir que de entre ellos faltaban
veinte por lo menos, porque el Demonio, sin duda, los diezmó en pago por su
trabajo, por haber andado más de trescientas leguas en ocho días, y aún más
brevemente los hubiera podido aportar como aquél otro a quien trajo en tres días
desde Guatemala, por el deseo que tenía cierta dama vieja de ver la cara
hermosa del mismo, según se relató en el primer auto de fe que en México
celebró la Santa Inquisición..."
"Maravillado quedó Montezuma de todo aquello, y
llamando a Tlacaelel, entre ambos ponderaron la fertilidad de aquella santa
tierra de sus mayores; la frescura de sus arboledas, la abundancia sin igual de
todo, pues que todas las sementeras se daban a la vez, y mientras unas se
sazonaban, otras estaban en leche, otras en cierne y otras nacían, por lo que
jamás podía conocerse allí la miseria. Al recuerdo ese de semejante tierra de
felicidad, Rey y ministro comenzaron a llorar amargamente, sintiendo la
nostalgia de ella y el ansia sin límites de algún día volver a habitarla, una vez
cumplida aquí abajo su humana misión."
Suscribirse a:
Entradas (Atom)